Laura Santana Burgos | Descargar PDF
La producción literaria de Samuel Beckett (Dublín 1906-1989) posee unas características que la dotan de una gran relevancia científica en el ámbito traductológico: él mismo emprendió las traducciones de sus propias obras. Traducir una obra literaria de una lengua a otra constituye una tarea altamente compleja. Requiere por parte del traductor grandes dotes de escritor y un alto conocimiento sobre el autor de la obra original. En consecuencia, podríamos definir el caso de Samuel Beckett como excepcional y como un ejemplo ilustrativo de traducción literaria.
Creció siendo el inglés su lengua materna, aunque después de sus primeros textos prosaicos, comenzó a escribir la mayoría de sus obras en francés. Conocía los dos idiomas tan perfectamente como podamos imaginar y, por supuesto, comprendía sus propias intenciones, de las que era consciente y, presumiblemente, mantenía los mismos ideales al traducir una de sus obras que cuando escribía el original [1].
En Atttendant Godot (1948) no solamente ilustra la citada actividad «auto traductora» de Beckett sino que tambiénse convirtió en una pieza indispensable del teatro del absurdo. Fue escrita originalmente en francés y trasladada con posterioridad al inglés. En ambas versiones nos encontramos ante una obra en la que no sucede nada. Vemos así cómo sus protagonistas se limitan a esperar algo o a alguien que nunca llega, planteándose continuamente preguntas que no se responden. Se trata de una producción que confundió en su momento al público y que sigue haciéndolo en la actualidad. Godot trata de todo y nada al mismo tiempo. En ello radica precisamente lo genial de esta obra. Algunas interpretaciones la califican como un análisis de la monotonía de la vida o de lo irremediable de la muerte. Podría parecer incluso que Beckett quiso caricaturizar lo evidente: la imposibilidad de una comunicación auténtica entre los seres humanos.
1. Análisis del bilingüismo de Samuel Beckett
A lo largo de nuestro artículo intentaremos comprender el tipo de relación que se establece entre el original y la traducción. Será imprescindible estudiar el bilingüismo de Samuel Beckett así como las repercusiones que tuvo para la propia obra el hecho de que se tradujese a sí mismo. Inmediatamente comienzan a multiplicarse las preguntas del tipo: ¿Por qué se molesta en traducir sus propias obras? ¿Qué hay de autobiográfico en Godot? ¿Es el francés de Beckett más simple que su inglés? ¿Es Beckett más divertido en francés que en inglés? ¿Es más poético en inglés que en francés? ¿Es Beckett más vulgar, más escatológico o más blasfemo en francés que en inglés? ¿Hay más referencias culturales y literarias en inglés que en francés? o ¿qué ocurre con esas referencias cuando se trasladan de una lengua a otra?
Para intentar aclarar estas cuestiones hemos decidido estructurar nuestro estudio en torno a los siguientes apartados:
Cada uno de estos puntos vendrá ilustrado por una serie de tablas donde hemos expuesto aquellos ejemplos que hemos considerado más relevantes en cada momento. En la primera columna aparecerá el texto original, es decir el francés, acompañado de la página en la que aparece dicho fragmento [2], así como de los comentarios oportunos. En la cuarta columna podremos ver la traducción al inglés acompañada de la página en la que se inserta [3] y, al igual que en el original, las observaciones oportunas.
• Fragmentos modificados cuantitativa y cualitativamente
Aparecen, tanto en el análisis del texto original como en el de su versión, un gran número de fragmentos que se han añadido en la traducción y que no estaban presentes en el original, así como vacíos semánticos del texto meta con respecto al primero. En la mayoría de los casos se trata de indicaciones escénicas. Así por ejemplo, en la página 34 del original los personajes «se levantan» y en la versión inglesa «se ponen el sombrero».
• Los sustantivos propios
Según afirmó Beckett, los nombres de los protagonistas no tienen una especial importancia en la obra. Por ello no los internacionalizó. No obstante, alguno sí que sufre alguna modificación a lo largo del texto. Especial atención merecen igualmente los topónimos empleados por el autor: en ocasiones, al realizar la traducción, sustituye lugares reales por topónimos completamente inventados como «Feckham, Peckham, Fullham, Clapham».
• Los «Irishims»
En algunos momentos vemos cómo el francés se ha traducido por giros típicamente irlandeses. En muchos de ellos se ha pretendido mantener en el texto meta, con la ayuda de los «Irishims», el mismo grado de familiaridad que se reflejaba en el texto original. Un ejemplo ilustrativo lo constituye «hacerlo sufrir así» que se sustituye por «crucificarlo así». Observemos algunos más:
• Tratamiento de referencias culturales y literarias
Observamos cómo la presencia de las citas literarias y de la Biblia constituye un elemento recurrente en la obra de Beckett. Resulta interesante observar, por ejemplo, que frases coloquiales del texto original se transforman en fragmentos bíblicos en la versión inglesa o la inclusión en la traducción de citas literarias, como la de Shelley, que no aparecían en el primer texto. Incluso llega a citarse a sí mismo.
• Los descalificativos y lo escatológico
Son constantes las alusiones a lo escatológico y la utilización de juegos de palabras con descalificativos en toda la pieza. Sin embargo, las formas de proceder del traductor son muy diversas dependiendo de cada situación. Así sustituye dos insultos franceses «fumier, crapule» [4] por parásitos de la gonorrea y la sífilis «gonococus, spirochaete». Destacamos a continuación algunos de los fragmentos más interesantes en este sentido:
• Las referencias humorísticas, cómicas y el reflejo de la musicalidad
La importancia del ritmo y la música queda patente a lo largo de toda la obra. Hemos de recordar que nuestro autor recibió una formación musical en su juventud y así lo refleja en varias de sus creaciones. Percibimos entonces, en las páginas 107 y 68 de ambas versiones, gracias a las indicaciones, la sensación de que los protagonistas comienzan a bailar: «Allons-y» y «Off we go». Se concluye con la misma rítmica expresada por: «Allons-y» y «Yes,let’s go».
En lo que concierne a las referencias humorísticas y cómicas, Beckett se limita normalmente a matizarlas. Exponemos a continuación algunas de las más curiosas en este sentido:
• Presencia de otras lenguas
Ya hemos comprobado anteriormente cómo Beckett solía inventarse palabras en sus obras. Asimismo encontramos en Godot la aparición de las lenguas más dispares, como por ejemplo el latín, el ruso y, por supuesto, juegos constantes con el bilingüismo entre el francés y el inglés. De hecho, se sugiere que los protagonistas son capaces de comunicarse sin ningún problema en cualquiera de las dos lenguas, es decir, francés e inglés.
Hemos incluido también en este apartado la traducción del lenguaje coloquial. Nuestra obra comienza con: «Rien à faire». Resulta sorprendente como no se traduce por «nothing doing» que resultaría más coloquial y lo hace, en cambio, por un giro mucho más culto: «Nothing to be done». No obstante, hemos de subrayar también cómo esta misma frase presentará diversas variantes a lo largo de la obra: «there’s nothing we can do» o «there’s nothing to do».
El análisis expuesto pone de relieve varios aspectos realmente interesantes para el estudio de la obra de Beckett. En primer lugar, destacar el amplio abanico de estrategias traductoras que hemos podido observar en el texto inglés. No responden a un patrón establecido. Es decir, elige en cada momento la que considera más adecuada. Todo ello sin romper la extraordinaria utilización de un lenguaje que fue transgresor en el momento de su primera representación, y que lleva a sus personajes a utilizar un tono carente de emociones. Cuando pasamos a analizar el texto meta nos sentimos fascinados por la belleza, y, sobre todo, por la forma de las frases del escritor, un aspecto difícilmente alcanzable en una traducción.
Beckett comenzó a escribir en francés, según declaró en una entrevista, para «empobrecer su estilo un poco más». Afirmaba el autor que «en francés es más fácil escribir sin poseer un buen estilo». Recordemos que el léxico de esta lengua es más reducido que el del inglés. Por otra parte, subrayar que la traducción anglófona de Godot es más corta que su original. El autor elimina dos secuencias musicales considerablemente largas. Además hemos de tener en cuenta que la lengua inglesa posee una gran tendencia a la monosilabación y a la bisilabación, lo que, sin duda, se reflejará en la extensión de la obra.
En conclusión, podríamos decir que nos encontramos ante dos obras que se complementan. Hemos visto cómo, en numerosas ocasiones, aquello que simplemente resultaba satírico en el original, adquiere un carácter envenenado en la nueva versión. Sería imposible llegar a entender completamente En Attendant Godot sin leer su traducción inglesa. Recordemos numerosos elementos como, por ejemplo, los giros irlandeses que no aparecen en el original y que, evidentemente, constituyen un rasgo muy importante de la personalidad de su autor o las modificaciones realizadas en las indicaciones escénicas. Resulta curioso destacar el hecho de que Beckett no volvió a corregir la versión francesa después de escribirla. Probablemente para él constituía simplemente un borrador que «complementaría» o «corregiría» más tarde con la versión inglesa.
Bibliografía
BECKETT, Samuel. En attendant Godot. Paris, Les Éditions de Minuit, 1952.
BECKETT, Samuel. Waiting for Godot. London, Faber and Faber, 1956.
FRIEDMAN, Alan Warren. Beckett Translating / Translating Beckett. Pennsylvania, The Pensylvania State University, 1986.
KNOWLSON, James et al. Waiting for Godot with a revised text. Londres, Faber and Faber (The Theatrical Notebooks of Samuel Beckett), 1993.
ORTIZ, Javier. Samuel Beckett. En: Quaderns: Revista de Traducció, nº 8, 2002.
Notas
[1] ORTIZ, Javier. Samuel Beckett. En: Quaderns: Revista de Traducció, nº 8, 2002, p. 72.
[2] BECKETT, Samuel. En attendant Godot. Paris, Les Éditions de Minuit, 1952.
[3] BECKETT, Samuel. Waiting for Godot. London, Faber and Faber, 1956.
[4] «Cabrón, crápula».
Materia - Lévi-Strauss
El lince y el lobo: Montaigne releído por Lévi-Strauss. Juan Carlos Rodríguez
La impronta de Claude Lévi-Strauss en la antropología del parentesco. Enric Porqueres i Gené
Lévi-Strauss: el último moderno y el primer postmoderno. Ángel B. Espina Barrio
El “combate” contra el racismo en Claude Lévi-Strauss. José Antonio González Alcantud
Varia
La luz y la creación de ilusiones espaciales. Alejandro Cervilla García
De espaldas a la realidad. Luis Navarro Ardoy
La seducción de la palabra. Luis Gutiérrez Rojas
Galería
Lecturas y relecturas
Contra el horror y el olvido, la Música. Ana Bocanegra Briasco
El anhelo de lo infinito y trascendente en Franz Schubert. Ana Bocanegra Briasco
Respirar bajo el agua de Pablo Valdivia o ¿qué es la poesía?. Rui Gonçalves Miranda
Ávila, Miguel Ángel. Anfa. Tenerife, Isla Varia, 2007. Susana Bernal Sánchez
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