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Lecturas y relecturas
Cuevas, de Pilar Mañas (Sevilla, Renacimiento, 2006)

Susana Bernal Sánchez | Descargar PDF

Comenzar una reseña sobre un libro como Cuevas de Pilar Mañas no es tarea fácil. Permítanme confesar mi sorpresa tras su lectura, ya que son pocos los ejemplares actuales que consigo terminar a duras penas. Sin embargo, en el caso de este libro de relatos, lo difícil era abandonarlo cada noche en la mesilla porque el sueño vencía la curiosidad. La realidad literaria en este país nos sorprende cada día con las obras de autores consagrados que publican torpemente contra reloj, y con largas filas de aficionados con su quiero y no puedo. Por ello es muy grato comprobar que, entre la caterva de ediciones sin cuento, todavía pueden encontrarse delicadas perlas de cuidadoso cultivo que hacen las delicias de los lectores más exigentes.

Compuesta por trece relatos (desafiando supersticiones absurdas), de desigual extensión y exquisita perfección formal, Cuevas recoge las historias narradas por sus propios protagonistas, junto con sus divagaciones, pensamientos y deseos, ya sean satisfechos o no. La obra nos presenta pequeños mundos cotidianos, lugares familiares y acogedores en los que poder sentirnos como en casa. Desde el mismo título, Pilar Mañas nos lanza un guiño travieso, anticipándonos esa sensación de calidez que nos envolverá con la lectura de cada relato. La cueva, profunda y lúgubre, y a la vez acogedora y segura, nos proporciona cierta protección ante el caos vital. La cueva es el símbolo del refugio en el que todos necesitamos descansar de vez en cuando, es el lugar en el que nos reconciliamos con nuestra primitiva naturaleza, allí donde nuestra parte humana y nuestra parte divina se reencuentran y reconocen. La cueva es una dimensión más, en la que el ser humano forja sus sueños y deseos, un lugar en el que se proyectan mundos imperfectos que reproducen la propia existencia.

Pilar Mañas recrea situaciones y gentes con una increíble sencillez. Los temas que encontramos en el libro son de una gran simplicidad, y están hilvanados por el sutil hilo del estilo claro y directo, sin estridencias ni ostentaciones. Paradójicamente, esta sencillez sostiene un complejo entramado de gran profundidad psicológica, simbolizado siempre en elementos ordinarios, ya sea un caramelo toffe, un pañito de croché, la cosecha de champiñones o un libro de la infancia. La realidad, siempre rotunda, asoma en cada relato, y se suceden las vidas frustradas, los amores perdidos o nunca tenidos, los complejos familiares que se transmiten de padres a hijos... El pasado se actualiza en los recuerdos, y así muchos de los relatos de Cuevas se construyen a partir de éstos, para desde allí retomar un presente que ya casi es futuro en el devenir inevitable y vertiginoso de la vida. Los personajes se mueven en un amplio espectro de intensas emociones que dan motivo (y sentido) a sus acciones en el aquí y el ahora, sin perder de vista un porvenir que se antoja incierto, y en ocasiones sombrío, con la única convicción del paso de la propia existencia y la añoranza de un pasado que no tuvo porqué ser mejor.

La protagonista indiscutible de la mayoría de los relatos que componen la obra es sin duda la mujer. Mujeres de diferentes edades, en diversos entornos, con distintas circunstancias, cada una con sus sueños, sus deseos insatisfechos, sus necesidades, sus proyectos inacabados o imposibles… Mujeres luchadoras que han quedado atrapadas en un mundo de apariencias y condicionamientos culturales, morales o religiosos; mujeres modestas socialmente con un gran potencial humano, mujeres emprendedoras y triunfadoras que aún siguen tiranizadas por la idea del amor romántico, mujeres que no pueden zafarse de la tradición y los estereotipos. Pero, al fin y al cabo, mujeres que resisten, que luchan día a día por todo aquello en lo que creen. Son quienes mejor conocen la vida y sus misterios (“hondo dolor del vientre materno”), y aun así deben pelear cada día por mantener un sitio que les corresponde por derecho. Cabe destacar el papel protagonista de la madre, esa madre a la que la autora misma reconoce haber tratado con gran deferencia en esta obra: “Hay un sincero homenaje a las madres de los años cincuenta, una generación de mujeres nada sumisas, pero abnegadas trabajadoras gracias a las cuales varias generaciones han podido cumplir sus sueños porque nuestros triunfos se asientan sobre su sacrificio vital y su entrega(1)”, quienes han tenido la suerte de disfrutar del tipo de madre que se describe en la obra, comprenden la necesidad de este homenaje. Madres que sufrieron tanto que bien podrían haber dicho como una de las protagonistas que: “La verdad, si le hubiesen preguntado, ella, ella se hubiese pedido ser hombre”. Precisamente el relato “Belleza inútil” describe el papel actual de esa madre “a la antigua”, una madre que se adapta a un lugar que no le corresponde; en este caso, conviviendo con una hija atrapada en un mundo frívolo y desprovisto del encanto de todo aquello que no se considera “útil” en una sociedad que ha quedado atrapada en la mortal trampa del la productividad y el utilitarismo. Como símbolo de dicha inutilidad, los pañitos de croché, que aún resisten en un gran número de hogares, además de otras piezas que apenas se usan, que tienen un valor meramente decorativo, y por tanto “inútil”: “Su hija no tendría que repetírselo porque ella lo sabe. Todo esto son trapos inútiles como eran inútiles sus sillas de caoba tapizadas en terciopelo verde […] Seguro que lo acaba tirando cuando yo me muera, en paz entonces, el juego de café chino y yo al mismo tiempo”. Frente a ésta, otro arquetipo de mujer, la de generaciones posteriores, aquella que va a quedar atrapada en los destellos de la ciudad. Una mujer que se perfila moderna, pero que debe seguir peleando con el pasado, con una historia que ha sido escrita por y para hombres. Una mujer que cuestiona los pilares de una cultura que la ha mantenido reprimida durante siglos, la madre, la profesional, la amante, la amiga, la supermujer de nuestros días, a la que, en mi opinión, también homenajea la autora, a pesar de presentarnos algunas de sus miserias, producto precisamente de las exigencias a las que se ve sometida hoy día.

Este libro de relatos demuestra que no es necesario acudir a temas fantásticos o a grandes dramas para mantener la atención del lector. Muy al contrario, la sencillez y lo ordinario no están reñidos con la buena literatura, por más que los temas sean extraídos de nuestra realidad más cercana. Los comienzos especialmente atractivos y los finales contundentes hacen de cada relato un conjunto perfectamente orquestado bajo la dirección de una pluma inteligente y capaz de conmover. Estas razones, y otras anteriormente mencionadas, convierten Cuevas en una lectura más que recomendable.

1. Palabras extraídas del artículo de Fernando Valverde sobre el mismo libro, El País, viernes 16 de marzo de 2007.


Arriba

ÍNDICE

Materia

Volverse loco no está al alcance de cualquiera.
Judit Bembibre Serrano y Lorenzo Higueras Cortés

El desequilibrio de la proporción. Mª del Coral Morales Villar y Francisco José Comino Crespo

Acercamiento a la representación plástica de la locura en Occidente. Victoria Quirosa García

Delirio y drama en Daniel Paul Schreber. Sergio Hinojosa Aguayo

Del qué al quién. Ciclotimia, celotipia y psicosis paranoide en Él de Luis Buñuel. José Luis Chacón

Varia

Un ejemplo de análisis de una obra medieval: el madrigal Fenice Fù de Jacopo da Bologna. Enrique Lacárcel Bautista

Una aproximación a la producción religiosa de Antonín Dvořák: el caso del Requiem op. 89 Enrique Lacárcel Bautista

Sobre el problema de la experiencia privada en Wittgenstein. José Eugenio Zapardiel Arteaga

Sobre la Comunidad de de la Diferencia. Sergio Hinojosa Aguayo

Freud, Habermas y la cuestión de la política. Miroslav Milovic

Algunas consideraciones iniciales sobre un crítico del 27: Luis Cernuda. Mariano Benavente Macias

Homo bulla. Notas sobre el último libro de Juan Carlos Abril. Juan José Ramírez

Glosario de (contra)psicología y guía de conversación (I). Abulia. Judit Bembibre Serrano y Lorenzo Higueras Cortés

Galería

Una semana distinta. Marta Iglesias

Lecturas y relecturas

Vespro della Beata Vergine de Claudio Monteverdi. Francisco José Comino Crespo

Al otro lado, con Milena. José Pallarés Moreno

Carta abierta a José Julio Cabanillas con motivo de La luna y el sol. María Ángeles Pérez Rubio

Aulaga de Rafael Juárez. Pablo Valdivia

Ferias de María Salgado
Mª Jesús Fuentes

El dolor de las cosas de Joaquín Rubio Tovar. Enrique Nogueras

El año de la liebre de Arto Paasilinna. José J. Cañas

Los Indomables de Filippo Tommaso Marinetti. Mamen Cuevas Rodríguez

Cuevas de Pilar Mañas. Susana Bernal Sánchez

El Personero. Portavoz y Defensor de la Comunidad Ciudadana de José Rodríguez Molina. Lorenzo Higueras Cortés

¿Qué es lo que pasa? De Agustín García Calvo. LHC

El Hospital Real de Granada. Los comienzos de la arquitectura pública de Concepción Félez Lubelza. LHC