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Ouroboros

Ouroboros
Publicación semestral - ISSN:1988-3927 - Número 3, septiembre de 2008
Lecturas y relecturas
Sobre Echado a perder de Carlos Pardo

J. J. R. | Descargar PDF

Es extraño abrir un libro y de inmediato encontrarse Un oasis: El-Habla. Lo digo porque es un chiste -imita la textura fónica del árabe- y no es frecuente buscar la sonrisa en la primera página. No en poesía.

No obstante aporta algunas claves del poemario de Carlos Pardo Echado a perder, ganador del IX premio Generación del 27, publicado en Visor, 2007.

Un oasis: El-Habla significa que los actos de habla, la comunicación oral, viva, transmite sensaciones de repuesto, placer, calidez, dulzura y cierto aislamiento, cierto paréntesis de al menos dos frente a algo o entre algos. Si hilamos fino, como es un chiste, resulta que el dicho oasis tiene algo de falso, de impostado, de tebeo cliché: es un paréntesis de broma que no se puede tomar en serio pero en el que se habita porque es percibido -ya veremos cómo- en forma de verdad.

Y no deja de ser curioso, porque siendo poeta, Carlos Pardo pudiera haber escrito “Un oasis: La-Poesía”. Pero esto, además de cargarse la broma, nos hubiera situado en un territorio distinto: decir que la poesía es un oasis se hubiera parecido demasiado a la torre de marfil como para llevarnos a la idea del oasis-habla como soledad de al menos dos, que necesariamente se contrapone, como en resistencia, a la soledad de uno solo. Es decir, que el oasis-habla es una vía de escape del individualismo.

Hay que concretar si esa soledad de al menos dos es soledad de tres o cuatro o sólo de dos. En el decurso del poemario podremos comprobar que se cuenta una historia de amor, por tanto es soledad de sólo dos, es un poemario sobre la comunicación entre dos amantes.

La cuestión del habla podría ponernos ante uno de los temas capitales del siglo XX: la relación entre lenguaje y verdad. Pero esto sería derivar el poemario por cauces metalingüísticos o metapoéticos que no parecen ser el primer objetivo de Carlos Pardo. Sus poemas afrontan siempre referentes extralingüísticos, lo que se ha llamado “experiencia”, y su mérito literario estriba en no escribir simples registros de vivencias, casi a modo de diario en endecasílabos, sino en ofrecer una interrogación por el ser de la vivencia, que unas veces se brinda mediante pasajes perfectamente discursivos y otras hay que intuirla al fondo de imágenes entre herméticas y expresionistas.

En el poemario de Pardo, se trata de cuestionar el ser de una relación amorosa, de la búsqueda de una expresión lingüística del sentimiento íntimo adecuada a la realidad del sentimiento en cuestión: No ocupamos lugar / en las metáforas de lo habitable. / [...] Contigo nada tiene / que ver la arquitectura / puritana.

Por tanto, la cuestión del habla en Carlos Pardo se presenta con otro perfil: supuesto que las palabras pueden representar el mundo, ¿cuál es el mundo que representamos con las palabras?, ¿en qué grado falsea las relaciones reales entre las cosas? y, en tanto es asumido como única representación posible, ¿cómo puede impedir la construcción de un discurso distinto, más objetivo sobre las cosas? No tiene fondo el inconsciente... / imposible ordenarlo, / publicar... // Y recordé el peligro de la frase ideológica. Esto significa que la tarea de aprovechar los mecanismos lingüísticos de representación de la realidad encuentra, por un lado, la dificultad universal de tener como referente una realidad confusa, inaprensible, como es el inconsciente, y, por otro lado, que esa realidad inconsciente del sentimiento aparece velada, oculta y manipulada por una construcción social llamada “ideología”. Es muy valiente escribir eso.

La ideología funciona de modo superpuesto a la realidad de las cosas, como falsa conciencia de verdad recibida que quiere bloquear una comprensión de las cosas alzada desde las cosas mismas. Es un conocimiento de mentira, una verdad pop que hace que las cosas se parezcan a ella misma: el cuerpo, desembocadura / pero sólo en el imaginario. Sin embargo, nunca logra que las cosas sean lo que ella propone que deben ser. Es un desfase entre lo pensado-recibido y la vivencia cotidiana. La conciencia de este desfase (Al enfocar cada detalle / aislado impongo / una visión miope) permite el avance del poemario.

El libro progresa recogiendo una gama de sentimientos, de situaciones, de conclusiones que funcionan a modo de corpus experiencial desde el que poder inducir una definición de amor, si no menos ideológica, sí más ajustada a los hechos. Poemas muy notables son los cuatro primeros, así como Agua de flores viejas, Nada sino contar sin cálculo, El ojo abierto cura, Son periferia, El acorde de tanta retención, El maxilar rítmicamente chasca... No puede decirse que haya un poema malo.

Detengámonos en el sentido de estos versos: y el rastro de los caracoles / en la verja precinta la morada / que no podré pagar. Donde tenemos un roce muy interesante entre ideología y realidad. El elemento ideológico está representado en la imagen de la baba de caracol en la verja: parece casi tomada de cualquier telefilme americano: sólo falta un destello de sol, el césped verde y la casa roja. Frente a la imagen, la conciencia de pobreza económica, quizá con el implícito de precariedad laboral. El efecto cómico que produce el término morada es muy propio de Pardo. Y así es como elige acabar un poema que empezaba hablando de la persona amada. Lo decíamos arriba: se habita en el oasis de la relación, pero no se puede admitir que sea un oasis en serio, un espacio ajeno al curso de la historia más que en forma de chiste. Esta relación amorosa cuya realidad no ideológica se pretendía averiguar sucede inequívocamente dentro de un tiempo histórico, como dice en uno de los mejores poemas: A ti y a mí / bajo el caparazón de un cielo rosa / nos cuida el siglo XXI.

Insisto en que es muy valiente escribir lo que escribe Pardo. El mérito estético no está separado del mérito a nivel de conceptuación. En este sentido, Pardo consigue hábiles reproducciones del imaginario oficial de sacarina, con el acierto de saber contradecirlas desde la realidad que persigue encubrir el dicho imaginario. Es el trabajo previo a la construcción de un imaginario distinto y puesto en contra del oficial.

Los lectores de Echado a perder apreciarán mayor grado de madurez respecto al estupendo Desvelo sin paisaje, sin que se produzca ninguna ruptura formal: las características más evidentes de su anterior obra (comicidad e ironía, que no se contradicen con cierta ternura; imágenes sorprendentes, lábiles, frescas; laconismo y discurso elíptico; métrica técnica, entre clásica y sincopada) se mantienen en la presente. Da la impresión de que Pardo hubiera encontrado un estilo en el que se encuentra cómodo y en cuyo manejo ha conseguido una soltura que lo convierte en un valor poético seguro. Hay que felicitarlo por el progreso de su obra, y hay que leerlo ya.

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ÍNDICE

Materia - Revolución

Un aposento para el fantasma: el androcentrismo en Medicina. Emilia Martínez Morante

La revolución en medicina. Tengo un amigo diabético... Alfonso Lluna Carrascosa

Reflexiones sobre el Viejo Mundo. Antonio Martínez López

Revolucionarios. Hilario J. Rodríguez

Revolución rusa y revolución mexicana. Hilario J. Rodríguez

De La Marsellesa a Eurovisión. Pablo Pacheco Torres

Varia

El nuevo cine rumano o la pasión por la verdad. Sandra Istambul y José Ángel Martínez

Un ejemplo de análisis de una obra barroca: la Fuga BWV 856 de Juan Sebastián Bach. Enrique Lacárcel Bautista

Una aproximación analítica al primer movimiento del Concerto de Manuel de Falla.
Olga Domínguez de León y Enrique Lacárcel Bautista

La traducción de un pregón callejero: la ópera El retablo de maese Pedro de Manuel de Falla. Laura Santana Burgos

Dos miradas poéticas: dos mundos poéticos actuales (José Antonio Mesa Toré y Juan Carlos Abril). Mariano Benavente Macías

Breve paseo por los confines: la península de Kamchatka. Carlos Sánchez-Cantalejo Jimena

Anomia: explorando el territorio... sin mapa. Lorenzo Higueras Cortés y Judit Bembibre Serrano

Glosario de (contra)psicología y guía de conversación: (II). Adaptación. Lorenzo Higueras Cortés y Judit Bembibre Serrano

Galería

Revolución. Sandra Istambul

Instantáneas. Marta Iglesias

Lecturas y relecturas

Il Sant’Alessio de Stefano Landi. Francisco José Comino Crespo

RILKE, Rainer Maria. Poemas a la Noche (y otra poesía póstuma y dispersa). Barcelona, DVD, 2008. Juan José Ramírez

Sobre Echado a perder de Carlos Pardo. J.J.R.

La novela perversa. Rodríguez, Hilario J. (2004). Construyendo Babel. Salamanca: Ediciones Témpora. Judit Bembibre Serrano

La espiral del mito.
Calasso, Roberto. (1990). Las bodas de Cadmo y Harmonía. Barcelona: Anagrama. J. B. S.