J. B. S. | Descargar PDF
La espiral del cuaderno que agota las páginas que escribimos cuando aquéllos enseñaban; la espiral del viento huracanado, sin centro, sin quietud, sin descanso. A semejanza de Stella Kramrish en La presencia de Śiva, Calasso consigue, en una obra híbrida como la materia que digiere, que la mirada y el pensamiento giren, retornen y atraviesen la amalgama mítica, pues como afirma “las historias jamás viven solitarias”.
Los dioses invitados a las bodas de Cadmo y Harmonía, postrer encuentro de los Olímpicos y los hombres, inician así su despedida, su velamiento; Troya será su último juego. Y estos hombres quedarán solos, con breves fulgores de vino, soles y armaduras. El sacrificio, aguja que hilvana los escritos del autor, quedará sin dueño en Occidente hasta la extenuación diaria del rito antropófago del hijo-hombre de un dios monofronte, iracundo, castigador y partidista. Permanecerá la Grecia del estudio. Y el asombro de un tiempo de intimidad con lo divino.
Y si la espiral del humo del sacrificio es una ofrenda de amor y expiación, estas bodas son una espiral de pasión, culpa, muerte y venganza: tramas que ligaron los centros del mundo en pos de generaciones de jóvenes seducidas, raptadas y castigadas por toros o tábanos, por héroes compulsivos o dioses caprichosos, enamoradizos y sobre todo, muy peligrosos -¿qué inclinación, apetito o afición de los dioses por hombres y mujeres, qué epifanía no acaba en muerte, en monstruo?-; destinos, herencias de duelos, de conquistas, sangre y Erinias…
Nos enseña Calasso de este modo que la repetición no es sino la imagen de la necesidad, pero que la repetición degrada: lo que fueron hierogamias son ahora sacrificios y aun autoimnolaciones; donde fueron dioses, fueron héroes, héroes trágicos y sólo hombres; que los dioses antiguos, oscuros, terribles parieron dioses luminosos, innaturales pero que a éstos los defenestraron simulacros, fantasmas o, apenas, sólo hombres.
Y en ese recorrido de la progresiva soledad de los hombres, no son ajenos la vida en la ciudad, la política, la guerra, la educación, la fiesta o el teatro, hasta Luciano.
Materia - Revolución
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