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Ouroboros

Ouroboros
Publicación semestral - ISSN:1988-3927 - Número 3, septiembre de 2008
Varia
El nuevo cine rumano o la pasión por la verdad

Sandra Istambul y José Ángel Martínez | Descargar PDF

El Programa de Cine e Interculturalidad, organizado por el Área de Cultura y Juventud de la Diputación de Granada y la Asociación Granada Acoge, en su VI edición y exhibido en la Filmoteca de Andalucía, logró un importante éxito de asistencia la primera semana de mayo gracias a su decisión de dedicar un ciclo al cine rumano actual, objeto de las miradas más “tendenciosas” de la industria cinematográfica del “primer mundo”. De la mano del Instituto Cultural Rumano de Madrid, pudimos contar en esas jornadas con la presencia de uno de los críticos rumanos de cine más destacables: Andrei Gorzo, un hombre que apenas supera la treintena, delgado, nervioso e introvertido que cuando comienza a hablar de cine desata a través de las palabras su pasión por este arte. Con la inestimable ayuda de Cristina Gavrila, la intérprete del Instituto Cultural Rumano, pudimos mantener una agradable e interesante charla.

Pregunta (P): ¿Por qué cree que el cine rumano ha destacado tanto en los últimos años?

Respuesta (R): Creo que la principal razón sería una intención tremenda y especial por buscar la verdad. Está claro que es una de las cosas que une a los jóvenes directores rumanos de hoy en día, concretamente a los que han tenido algún éxito internacional.

P: ¿Una búsqueda de la verdad sobre Rumanía o sobre la esencia de lo humano a través del arte?

R: Parten de lo primero y llegan a lo segundo que has mencionado. Es decir, tienen como punto de origen temas rumanos, problemas que hay allí, incluida la relación con el pasado dictatorial y las dificultades rumanas para establecerse después de la dictadura. Pero lo que se destaca en el cine rumano es que se concentra mucho en la verdad de cada historia que relata, hasta que finalmente trasciende lo local y llega a una cosa universal. En esto consiste su éxito: aunque tienen como inicio una problemática profundamente local, a través de la pasión por la búsqueda de la verdad, llegan a algo universal.

P: El arte cinematográfico siempre ha buscado lo universal a través de lo local…

R: Sí y lo que pasa ahora mismo en el cine rumano está claramente relacionado con el neorrealismo italiano de posguerra, también con el Cinema veritè que intentaron los directores de la Nouvelle vague, así como con los cineastas norteamericanos de los 60-70. Hay relación con todos estos movimientos.

P: ¿Existen unos temas generales que compartan los directores rumanos actuales?

R: Imagino que sí se pueden encontrar temas comunes. Pero diría que lo que los une no es un tema, sino un deseo de ser sinceros, honestos, más que una temática. Un deseo de no manipular ni al personaje ni al espectador… Una concentración para que ninguna palabra, ninguna frase o actitud del personaje sea artificial. Estas películas dan la sensación de que nunca se han iniciado con una idea preconcebida para después forzar a los personajes a actuar de cierta manera para demostrar esta idea preconcebida. Cuando ves una película como “La muerte de Lazarescu” o “4 meses, 3 semanas 2 días”, está claro que en cada momento el director se pregunta si sus personajes hablarían o reaccionarían de la misma manera en la vida real, o por el contrario los está compeliendo para recrear una realidad diferente. En general, podríamos decir que tratan la película de ficción con la escrupulosidad de los documentales, tan cercanos a la intención de buscar la verdad.

P: Y esto, visualmente, ¿cómo se comunica?

R: El método que utilizan se asemeja al Cinema veritè (cámara al hombro, nerviosa, o al contrario, puede ser estática). No se busca que la imagen sea bonita artificialmente, no se utiliza música artificial… Visualmente se parece a otros intentos que se hicieron en el Cinema veritè, como las de Rosselini entre ficción y documental, o el cine Dogma de los noventa. Visualmente se encuentran dentro de estas tendencias: películas de ficción que cultivan el documental. Lo que las distingue de estos movimientos es, insisto, la preocupación común por no manipular al espectador. Es una preocupación fuera de lo común por la búsqueda de la verdad. Porque este método del Cinema veritè ha sido empleado en guiones muy sencillos, para darles una nota de realidad, pero esto no se aplica al cine rumano, que rechaza todo lo que sea esquematizar.

P: ¿Se improvisa?

R: Poquísimo. Al contrario, son guiones muy cerrados, cada cosa que aparece en pantalla parece real, que los personajes tienen vida propia, pero cada una de estos aspectos está rigurosamente escrito en el guión. Se minimiza la improvisación.

P: ¿Cree que este boom del cine rumano continuará o será un destello?

R: Creo que seguirá muy potente durante dos años más. Imagino que después irá perdiendo la pureza de este método realista, diluyendo su poder de convicción para convertirse en un manierismo, en una convención como cualquier otra. Más tarde o más temprano esto será lo que sucederá. Pero los mejores directores de esta generación seguirán haciendo películas destacables.

P: ¿Hay un perfil de autor rumano?

R: El método que he descrito antes de la búsqueda de la verdad es lo que la mayoría utiliza ahora. La obsesión de ser sinceros, de no hacer trampas con la vida. En definitiva, sí podemos decir que lo hay.

P: ¿Por qué cree que cada cierto tiempo destaca la cinematografía de un país?

R: La explicación difiere para el caso de cada país. El caso rumano sigo pensando que se parece al italiano de la posguerra. Como ellos, venimos de una experiencia nacional traumática, en un período en el que el imaginario nacional es difuso, lleno de mentiras… En un momento en el que la verdad es una necesidad moral, por eso se parece al neorrealismo italiano. Pero cada uno de estos movimientos tiene su dinámica. En el caso francés, unos jóvenes brillantes formaron un grupo a partir de Cahiers du cinema, jóvenes rebeldes enfadados con el stablishement francés, pero tremendamente talentosos que querían borrar para reconstruir el cine francés. En el caso de Irán, tenemos una experiencia histórica traumática que encontró a finales de los ochenta un espacio de libertad en el que expresar más o menos sus ideas. El Dogma se parece más a lo que pasó en Francia, donde unos jóvenes se reúnen y firman un manifiesto anti-Hollywood a favor del producto industrial bien hecho. Son razones diferentes en todos estos casos, no creo que haya algo común.

P: En cualquier caso, siempre hay una ruptura…

R: Sí, la idea de ruptura es importante en estos casos. Esta es la palabra, si queremos buscar algo que tengan en común estos movimientos, creo que la idea de ruptura es la palabra más honesta.

P: ¿Cómo asimila la población rumana esta intención de buscar respuestas verdaderas al pasado de su nación?

R: Con una mezcla de indiferencia y ofensa. El público de masas no va a ver estas películas, que normalmente han tenido más éxito fuera que dentro del propio país. La mayoría de los rumanos que las ven se sienten ofendidos; les reprochan la miseria, el insistir sobre las cosas feas de Rumanía. A estos directores se les acusa de estar haciendo negocio con la imagen negativa de Rumanía. En cualquier caso, este tipo de imagen que tiene la población es falsa porque ninguna de estas buenas películas rumanas se rodea de miseria ni de cosas feas, pues justo la sinceridad que las abriga impide esto. Y esta misma honestidad les impide exagerar lo feo. Están lejos de ser películas con intención de sacar a la luz las miserias de nuestro país.

P: Quizá el público rumano piensa esto porque no nos gusta ver lo feo de nosotros mismos…

R: Insisto en que el cine rumano no hace esto, sino que refleja sin intención de agravio ni de perjudicar la imagen de Rumanía fuera de sus fronteras. El espectador que piense esto, está equivocado. Al final, en estas películas se ve la verdad de lo humano, más allá de que sus protagonistas sean rumanos. En definitiva no se ve ni más feo ni más bonito de cómo son las cosas.

P: ¿Tienen algo en común las películas que se hacen en los países ex comunistas?

R: No. Lo que pasó con las industrias cinematográficas de estos países fue más o menos parecido, porque después del 89, cuando se supone que desapareció el telón de acero, todas continuaron dependiendo económicamente del Estado, pero en esos momentos el dinero era más escaso. Muchas de las salas se cerraron, o fueron transformadas en otro negocio, la producción bajó… Esto sí pasó en todos los países, pero las películas en sí no se parecen. Y diría que hasta ahora Rumanía es el único país que ha encontrado una fórmula de impacto internacional.

P: ¿De qué manera crees que afectará la integración en la UE a la industria cinematográfica de Rumanía?

R: Al no tener una formación como gestor audiovisual, no sabría que responder, ni ofrecer soluciones concretas al respecto.

P: Me gustaría que definiera en pocas palabras a los siguientes cineastas rumanos, lo más representativos del cine actual de su país.

Puiu

R: Es el que ofreció la solución a la cinematografía rumana, a través de un método realista que ha dado tantos éxitos.

Muniu

R: Es difícil describirlo en pocas palabras, sacar un perfil de este director. Tengo la sensación de que sigue buscándose, que seguirá experimentando con estilos, métodos y géneros diferentes. En cualquier caso se pueden esperar sorpresas.

Nemescu (Tenemos que recordar que este cineasta murió en un accidente de coche a los 27 años, cuando todavía el montaje de su primera película estaba incompleto)

R: Él era una excepción porque no estaba obsesionado con el realismo como sus compañeros, sino que era más un entertainer. Era muy diferente al resto, hacía grandes espectáculos para todo el mundo, películas honestas y personales que transmitían cosas relevantes pero entreteniendo a la audiencia. Sin duda estamos hablando de un genio, alguien que quería extraer y probar todo el jugo que podía dar de sí una película. Experimentar, pero siendo cercano a la audiencia. Un showman. Es una gran pérdida… Fue un destello de luz brillante en el cine rumano.

Poromboiu

R: Uno de los mayores representantes del minimalismo rumano.

Catalin

R: Él también es minimalista, no es documentalista, y está más interesado en el cine espectáculo. Muy lírico en sus imágenes. Lleno de nostalgia por su juventud.

P: Veo que todos ellos son hombres, ¿y qué hay de las mujeres rumanas cineastas?

R: Actualmente hay buenas video artistas. En el pasado, allá por los años setenta, encontramos a Ruxandra Zenide, “Ryna”, que es una de las autoras más conocidas junto con Malvina Ursianu y Elisabetta Bastan. Esta última era la única que hacía películas en Rumanía para niños, y que a mí personalmente no me gustaban. Adina Pintilie, es una joven que está despuntando actualmente con su documental “Don´t get me wrong but...”, con mucho éxito en la pasada edición de Documenta Madrid.

P: ¿Cuál es el papel de los críticos en Rumanía?

R: La capacidad de influir en la venta de entradas de cine en Rumanía es pequeña. En general no va bien la asistencia de público al cine, pero no por una cuestión de dinero. Hay una serie de factores que vienen de los noventa, cuando muchos teatros fueron cerrados y convertidos en discotecas, comercios, etc. Otra razón es que los noventa fueron una época dura en la economía; por eso mucha gente se quedaba en casa, con la idea de no gastar, entreteniéndose con los treinta o cuarenta canales de televisión que existen en nuestro país. Por otro lado, creo que la imposibilidad para que la generación de nuestros padres (personas que actualmente rondan los 65 años) pudiera salir a la calle por esos motivos económicos, también ha influido. Y por último, la piratería a través de Internet, aunque éste es un fenómeno a nivel mundial.

Y respecto a nuestro papel, los críticos podemos tener cierta influencia, porque siempre hay alguien que sigue tu consejo para ir a ver una película. La verdad es que ahora el panorama es algo excitante debido a la eclosión de nuevos cineastas.

P: ¿Cómo es su relación personal con los cineastas rumanos?

R: Aunque quisiera evitarlos no podría… Es lo que ocurre en entornos culturales muy pequeños. Tengo relaciones amistosas con los cineastas más jóvenes, pero sabiendo mantener la distancia.

P: Mi última pregunta es quizá la más personal, pero me gustaría saber cuáles son los elementos que debe reunir una obra para que la considere como “buena” película.

R: Ten en cuenta que los críticos tenemos que estar abiertos a lo que nos “enfrentamos”. Es difícil valorar qué elementos destacan para considerar que una película es buena, nunca me lo he planteado. ¿Y tú que piensas?

P: Personalmente creo que debe existir una armonía entre todos los elementos que componen la película, el guión, la interpretación, la dirección de actores, la fotografía, la música… Esta armonía aporta una coherencia que pienso que es fundamental para que una película sea redonda. Y por otro lado, creo mucho en la combinación de elementos líricos y reales.

R: Estoy de acuerdo contigo, pero si trato de formular en pocas palabras la base para valorar positivamente una obra…podría decir que quiero sentir que detrás de la película hay una mente que trabaja, para así sentir la película como algo vivo…

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ÍNDICE

Materia - Revolución

Un aposento para el fantasma: el androcentrismo en Medicina. Emilia Martínez Morante

La revolución en medicina. Tengo un amigo diabético... Alfonso Lluna Carrascosa

Reflexiones sobre el Viejo Mundo. Antonio Martínez López

Revolucionarios. Hilario J. Rodríguez

Revolución rusa y revolución mexicana. Hilario J. Rodríguez

De La Marsellesa a Eurovisión. Pablo Pacheco Torres

Varia

El nuevo cine rumano o la pasión por la verdad. Sandra Istambul y José Ángel Martínez

Un ejemplo de análisis de una obra barroca: la Fuga BWV 856 de Juan Sebastián Bach. Enrique Lacárcel Bautista

Una aproximación analítica al primer movimiento del Concerto de Manuel de Falla.
Olga Domínguez de León y Enrique Lacárcel Bautista

La traducción de un pregón callejero: la ópera El retablo de maese Pedro de Manuel de Falla. Laura Santana Burgos

Dos miradas poéticas: dos mundos poéticos actuales (José Antonio Mesa Toré y Juan Carlos Abril). Mariano Benavente Macías

Breve paseo por los confines: la península de Kamchatka. Carlos Sánchez-Cantalejo Jimena

Anomia: explorando el territorio... sin mapa. Lorenzo Higueras Cortés y Judit Bembibre Serrano

Glosario de (contra)psicología y guía de conversación: (II). Adaptación. Lorenzo Higueras Cortés y Judit Bembibre Serrano

Galería

Revolución. Sandra Istambul

Instantáneas. Marta Iglesias

Lecturas y relecturas

Il Sant’Alessio de Stefano Landi. Francisco José Comino Crespo

RILKE, Rainer Maria. Poemas a la Noche (y otra poesía póstuma y dispersa). Barcelona, DVD, 2008. Juan José Ramírez

Sobre Echado a perder de Carlos Pardo. J.J.R.

La novela perversa. Rodríguez, Hilario J. (2004). Construyendo Babel. Salamanca: Ediciones Témpora. Judit Bembibre Serrano

La espiral del mito.
Calasso, Roberto. (1990). Las bodas de Cadmo y Harmonía. Barcelona: Anagrama. J. B. S.